Valores que transforman a tu organización

Angel Hernández Murillo / Creador de contenido / Great Place to Work® México

Cuando comenzó la crisis sanitaria, muchas organizaciones se preocuparon. Unas más se paralizaron y otras reaccionaron. Todas, pusieron a prueba la efectividad de sus valores corporativos…

Quizá resultó que “Servicio Personalizado” no funcionó en ese momento. Que faltó “Atención al colaborador” o que la “Responsabilidad Social” se quedó corta. Positivo o negativo, los líderes pudieron medir en terreno pedregoso la importancia de los valores en la cultura de trabajo. El objetivo: permanecer en tiempos de reto.

Great Place to Work impulsa el Modelo For All® para todas las organizaciones. En el modelo For All® la confianza es el elemento clave para construir una buena relación entre líder y colaborador. Como veremos, los valores también son parte de sus componentes. Los otros cuatro son Liderazgo Efectivo, Maximizar el Potencial Humano, Innovación Por Todos y Crecimiento Financiero. De todos ellos depende el engagement de los colaboradores con la misión de la organización.

Los valores representan la moral y las aspiraciones de las organizaciones. Se enuncian de manera directa e invitan a la acción del colaborador. “Apostamos por la sencillez”, “Valoramos la integridad”, “Mejora constante”, “Respeto por el individuo” o “Primero el cliente” son ejemplos de valores que forman parte de una cultura laboral.

Los mejores valores

¿Cuáles son los mejores? Antonio Ono, Vicepresidente de Innovación y Análisis de Great Place to Work® México, cree que eso es secundario. Para nuestros estudios en temas de capital humano, lo fundamental de los valores es que se lleven a la práctica. Independientemente de cuáles sean.

Líderes y colaboradores, si quieren alcanzar objetivos, deben entender, comprender y tener a los valores como principio en la toma de decisiones, en el quehacer cotidiano de la organización. De ahí la importancia de que no sean meras aspiraciones, buenos deseos o definitivamente letra muerta.

En la práctica, no todos los colaboradores, incluso líderes, conocen los valores de su organización, siquiera superficialmente. Por esa razón muchas veces los procedimientos no resultan en lo que esperan los directivos. Por ejemplo, en el proceso de atracción o atención al cliente.

O como en el caso actual por el que atravesamos. Las organizaciones debieron demostrar que era cierto el principio de “primero el colaborador”, o el “todos somos uno”. Pero en los hechos, miles quedaron desangelados, o lo que es peor, desvinculados. Si fue el caso que ni siquiera fueron o son tratados con respeto, los colaboradores saben que esos valores eran una auténtica farsa.

Valores genuinos

Cuando los valores se transmiten con efectividad y son realizables, desde la presidencia y hacia abajo, generan comportamientos congruentes. Se obtienen las respuestas deseadas para cada escenario en cada área. Los objetivos se alcanzan con más rapidez y hay mayor disposición de los colaboradores. Ellos, al apegarse a la filosofía de la organización, saben que tendrá un efecto de beneficios para todos.

Análisis hechos por Great Place to Work® exponen que Los Mejores Lugares para Trabajar® tienen una sobresaliente cultura organizacional. Ésta se apoya en valores que han sido bien planteados no como propósitos, sino como prácticas reales.

Por eso deben ser planteados con base en las posibilidades reales de la organización, sus líderes y colaboradores. No puede establecerse como valor “Coraje en todo lo que hacemos”, si una crisis se afronta con timidez. Tampoco “Empatía con los colaboradores”, si en momentos de reto la organización deja de comunicar a sus equipos sobre los pasos que dará o si los desvincula sin remuneración ni esperanza alguna.

Valores con brújula

Los valores, de acuerdo con Antonio Ono, pueden representar el principio de una ventaja competitiva. Si no los hay o son endebles, las organizaciones navegan sin rumbo fijo. Y se abre la posibilidad de encallar en puertos no deseados, ser vistas con desconfianza…

Las cosas son diferentes cuando los valores son fuertes. Entonces, clientes, aliados, socios y la cadena de valor de una organización, saben hacia dónde van. Y tienen claro quiénes tripulan ese barco y cómo es que actuarían ante determinada situación.

Una de las reglas básicas para que funcionen es asegurarse de que los colaboradores los comprendan. Otra opción es lograr una sólida formación de sus líderes en temas relacionados con capital humano. De este modo, se intrepretan las necesidades de la organización a través de los valores.

Los valores además de ser útiles deben enganchar, convencer y ser faros que den luz a los puertos o muelles a los que quiere llegar una organización. El Modelo® For All® será de gran utilidad para que tu organización viva sus valores. Y con ellos se consolidará la confianza, se maximizará el potencial humano y se generarán mejores resultados financieros.

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