Angel Hernández Murillo / Creador de contenidos / Great Place to Work® México
En pos de la salud, por lo menos hasta enero pasado, más de 50 mil colaboradores inscritos al IMSS tramitaron algún permiso por SARS-CoV-2.
Con la autorización en línea, los contagiados obtienen incapacidad hasta por siete días y el pago correspondiente en su cuenta bancaria, de manera fácil, sin necesidad de trasladarse y así disminuir la cadena de contagios que hoy parece ya ir a la baja.
Lo deseable para todos sería no tener que recurrir a este tipo de servicios, fuente de una prestación. Por eso, en Los Mejores Lugares para Trabajar™, la salud física, mental y emocional del colaborador es básica para mantener óptimo el clima laboral y la operación en su conjunto. Hay un principio lógico que por distintas razones, todavía muchos no ponen en práctica: empresa saludable, es decir con capital humano óptimo, tiene resultados saludables.
Las organizaciones que aún trabajan con esquemas de mando vertical, suelen tener culturas laborales en las que el colaborador es visito sólo como empleado, pero no como persona. Como miembro de un equipo en el cual “debe” de encajar, pero no como un individuo con ideas que proponer, sino como pieza de engranaje. El talento y el potencial humano son relegados por las exigencias cotidianas, horarios estrictos y jornadas extra. Todo, en medio de un “liderazgo” más apurado por llegar a las metas que por la salud de las personas en el lugar de trabajo.
Salud bloqueada
Sobre todo en tiempos de pandemia, esto ha traído un desgaste entre los colaboradores y sus jefes o líderes. Sumado además, el ritmo en que hoy se demanda caminar en los mercados. Los esquemas de trabajo a distancia e híbridos, además de sus ventajas, también han implicado un contacto físico nulo o limitado, estrés por tener que cumplir con más de lo esperado, incertidumbre, desapego e incluso angustia ante el porvenir.
Un reciente informe técnico publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el teletrabajo saludable, advierte que, “sin planificación, organización y asistencia en salud y seguridad adecuados, el teletrabajo puede tener repercusiones importantes en la salud física y psicológica y el bienestar social de los trabajadores. Puede derivar en aislamiento, agotamiento, depresión, violencia doméstica, lesiones musculoesqueléticas y de otro tipo, fatiga ocular, aumento del consumo de tabaco y alcohol, exceso de tiempo sentados ante una pantalla”.
Estos organismos pertenecientes a las Naciones Unidas, recomiendan que dado el contexto, y para que el teletrabajo rinda los frutos esperados, los empleadores deben poner su atención en que:
- Los colaboradores cuenten con el equipo adecuado para cumplir con las tareas a cargo
- Reciban la información, directrices y la formación pertinentes para reducir el efecto psicosocial y de salud emocional del teletrabajo
- Formen a los directivos en la gestión eficaz de los riesgos, la gestión a distancia y la promoción de la salud en el lugar de trabajo
- Establezcan el “derecho a la desconexión” y días de descanso suficientes
- Se cuente con servicios de salud capacitados para prestar asistencia en salud ergonómica, mental y psicosocial a quienes trabajan a distancia, mediante tecnologías digitales
- Se debatan y formulen planes de trabajo individuales para el teletrabajo
- Se aclaren prioridades; con respecto a los plazos y a los resultados previstos
- Se acuerde un sistema común que anuncie la disponibilidad para trabajar
- Se garantice que los directivos y los compañeros respeten ese sistema
- Se gestione el trabajo y el rendimiento con tecnologías de la información y la comunicación con equipos adecuados
Características de una empresa saludable
Los Mejores Lugares para Trabajar™ también han puesto cartas en el asunto. Con el arribo de la llamada “nueva normalidad”, han implementado distintas prácticas para mantener el continuo contacto con sus colaboradores y propiciar que se mantengan sanos y su rendimiento y productividad esté enraizado por convicción y autorresponsabilidad más que por mandato imperioso.
- Celebran. Además de juntas de trabajo, también reuniones para festejar cumpleaños o algún hecho que merezca un reconocimiento.
- Comunican. Los líderes informan de manera periódica a sus colaboradores sobre el estado de la organización (bueno o malo) con el fin de generar puentes de confianza. Cambios de organigrama, de personal y de estrategias, son conocidos por todos para no generar suspicacias.
- Se confía. La confianza es el eje rector de las operaciones. Los líderes entonces, dejan de ser jefes para transformarse en coaches que guían, acompañan y promueven a las personas con quienes trabaja, confía en su talento y desempeño. Se preocupan genuinamente por su estabilidad emocional y salud física. Con apertura, desarrollan en cada colaborador la práctica del accountability, donde cada uno, por convicción, es responsable de generar resultados sin necesidad de que se le esté supervisando de manera constante.
- Hay salario emocional. Independientemente de lo que cada colaborador percibe económicamente, los mejores lugares para trabajar se aseguran de brindar un salario emocional que se traduce en flexibilidad de horarios, líderes humanos, personas con las que se disfruta trabajar, capacitación y todo aquello que no tiene relación con un beneficio o prestación económica, pero sí con las necesidades de comprensión hacia la persona, su desarrollo y bienestar en distintas áreas de su tiempo y vida personal y profesional.
Todo eso y más, constituye a las empresas saludables. Y Great Place to Work® te ayuda a que seas una de ellas.