Angel Hernández Murillo / Creador de contenidos / Great Place to Work® México
Los Mejores Lugares para Trabajar® se distinguen al estar integrados por equipos de colaboradores talentosos, convencidos de la importancia de la función que realizan en su lugar de trabajo y comprometidos con la misión de la organización a la que representan.
Pero para que esto sea posible, antes la organización construyó una cultura de confianza que cuenta con reglas claras de reclutamiento, fomenta un mejor clima laboral y, con ello, se ostenta como una reconocida marca empleadora para la atracción de talento, por todo lo que representa la experiencia de trabajo que ofrecen y no sólo por las prestaciones con las que cuenta.
Paulo César Preciado, vicepresidente de Formación y Consultoría de Great Place to Work® México, comenta que el concepto de “marca empleadora” se relaciona de forma estrecha con ser un lugar al que la gente mira con el anhelo auténtico de formar parte de su equipo de colaboradores.
El valor del reconocimiento
En el pasado, quienes buscaban empleo ponían su mayor atención en variables como sueldos competitivos, prestigio, beneficios y buen ambiente de trabajo. Pero en la actualidad, por los cambios generacionales y debido a la situación que afrontamos mundialmente, a estos atributos deseables se han sumado otros quizá de mayor relevancia.
Paulo Preciado comparte que ahora se trata más de un tema de empatía, de apoyo al colaborador, y no sólo de beneficios intercambiables. Por ejemplo, frente a una crisis, antes de pensar en desvincular a un elemento, la organización con etiqueta de marca empleadora opta por eliminar gastos innecesarios y retener a los colaboradores en una muestra de interés genuino de los líderes por conservar el talento.
Hoy los candidatos a puestos de trabajo buscan flexibilidad, desarrollo y un compromiso de estabilidad mutuo con la organización, incluso más allá de lo que instrumentos como la NOM-035 promueven para su bienestar físico y emocional.
Fundamentalmente, se trata de un tema de integración, de cómo aun con retos enfrente, una organización es capaz de cohesionar al equipo de líderes con los colaboradores y la filosofía de la organización con la realidad que se vive.
Emergencia y reacción
Apenas hace unos meses muchos colaboradores no podían trabajar desde su casa porque no tenían ni las condiciones ni el equipo para garantizar la seguridad de la información y, de repente, con la pandemia, ¡todos a su domicilio!
Ante tal situación quedaron dos alternativas: o las organizaciones reaccionaban muy rápido para garantizar esas condiciones de seguridad de su información sensible o suspendían labores durante toda la contingencia conscientes de que, con ello, no favorecerían un retorno de la inversión en los sueldos… El tema de la confianza hacia los colaboradores se volvió entonces aún más relevante.
También se comprobó que no se necesita de una pandemia para que las organizaciones se den cuenta de que pueden ser una marca empleadora si se anticipan a los acontecimientos —no importa si son grandes o pequeñas—. Muchas lo hicieron, es decir, no sólo invirtieron de inmediato en esa seguridad para su información y en el trabajo remoto, sino que también incrementaron la confianza y preocupación hacia su gente mandándola a casa, o flexibilizando días u horarios de trabajo.
Sentido común y formación
Paulo Preciado asegura que al principio no es indispensable contar con capacitación formal para proceder en este sentido, o depender totalmente de alguien que diga qué prácticas específicas de capital humano te convertirán en marca empleadora. Con las acciones que a diario tiene un líder con sus colaboradores, con la efectividad de los valores de la organización y una cultura laboral adecuada, tendrá a los promotores naturales más entusiastas de la marca.
En un mejor momento, la organización, ahora sí ya con el acompañamiento de consultores y formadores, podrá sistematizar, instrumentar y formalizar sus prácticas para, además de hacerlas visibles, cimentar e institucionalizar el compromiso de ser marca empleadora.
De esta manera, un colaborador recomendaría el lugar para el que trabaja porque le encanta el clima laboral y cómo le tratan. Eso facilita a las organizaciones obtener candidatos de mayor valor, que estén más alineados a un fit cultural o el compartir temas, es decir, que por sus prácticas las busquen otras organizaciones (cadena de valor) y comunidades de empleo.
Todo eso son motivadores que llevan a una organización a posicionarse como una marca empleadora.
No es un mecanismo confuso, es sólo accionar valores, incrementar la confianza, maximizar el potencial humano, asegurar el liderazgo efectivo y entonces pasar a la construcción de una mejor cultura del lugar de trabajo.
Ser Marca Empleadora
En general, y de acuerdo con los estudios de Great Place to Work®, en las organizaciones que son marca empleadora, los colaboradores:
- Se sienten escuchados por sus jefes
- Se muestran como son auténticamente y expresan sus puntos de vista ante todos
- No sienten una imperiosa necesidad de cambiar de empleo, y así lo expresan
- Recomiendan los servicios o productos de la organización para la que trabajan
- Desearían que algún familiar o amigo trabajara en el mismo lugar
- Su bienestar no radica en el sueldo que perciben; consideran también factores como la flexibilidad de un horario, la estabilidad o la empatía con sus jefes
- Forman parte del lugar de trabajo sin importar su puesto, género, edad, creencia, origen o nacionalidad
- Dado que la organización demuestra interés en su persona, se sienten comprometidos a dar lo mejor de sí mismos
Si deseas que tu organización se convierta en marca empleadora con los beneficios que ello representa, únete al movimiento para transformar los lugares de trabajo en Mejores Lugares para Trabajar para Todos®. Visita www.greatplecetowork.com.mx y descubre cómo.