Congruencia, el liderazgo que arrastra

Elisa de Sampedro / Creadora de Contenidos / Great Place to Work® México

El buen líder es el que seduce, el que inspira a otros a seguir sus pasos. Dicen algunos coaches que es quien te “enrola”, quien te “arrastra” tras de sí.

Pero no cualquier líder enrola. Para lograrlo se requiere reunir ciertas condiciones. Una de ellas es la congruencia.

El Modelo® Great Place to Work® se centra en cinco dimensiones, una de las cuales es la credibilidad. Ésta, a su vez, supone dos aspectos fundamentales:

  1. la capacidad de los líderes para plantear una visión, a fin de coordinar los esfuerzos y empoderar a los colaboradores
  2. la integridad de los líderes, que éstos se conduzcan bajo una ética comprobable, con honestidad y congruencia

Entonces, para que la organización pueda resistir en tiempos de crisis es fundamental que los líderes gocen de credibilidad. Para ello es indispensable, entre otras cosas, que muestren congruencia:

  • Cuando el líder llama a todos a seguir un nuevo camino que pueda mantener a flote a la organización
  • Cuando establece nuevas prioridades en términos de inversiones y manejo de presupuestos
  • Cuando traza una nueva estrategia de negocio
  • Incluso cuando llama a todos a hacer un cierto sacrificio financiero o en términos del tiempo que dedicamos al trabajo

Si con pasión invita a sus colaboradores a todo lo anterior, pero sus propios hechos contradicen esta visión, el resultado final será el opuesto al esperado.

Porque los colaboradores no necesitan sólo la arenga del líder para ir a la batalla, sino que éste la encabece con sus acciones.

Pongamos un ejemplo de la Historia.

Alejandro Magno, un líder indiscutible

Trecientos años antes de Cristo, Alejandro Magno inició las batallas que llevarían a este rey macedonio a la conquista de una enorme extensión de territorios en Asia. Los beneficios de esa conquista se ven hasta hoy en la cultura. Porque Alejandro extendió no sólo su poder militar sino la democracia y la cultura griegas. Quizá fue gracias a él que en los siglos posteriores parte del legado griego se recuperó desde Asia cuando en Europa ya se había extraviado.

El filme Alexander, de Oliver Stone (Alemania, Estados Unidos, Países Bajos, Francia, Italia, Reino Unido, 2004), nos muestra el liderazgo de Alejandro durante las batallas. Y los registros históricos nos dicen que lo más probable es que las cosas efectivamente así ocurrieron.

Como vemos, Alejandro encabezaba las batallas junto a un grupo de guerreros fieles en un escuadrón llamado “la Punta”. Hasta el frente de esa punta él mismo se lanzaba a la batalla, aun a riesgo de su propia vida. Se dice que su arrojo contagiaba a sus escoltas, que se sentían inspirados para imitar el valor de su líder.

La lección de congruencia de una batalla épica

Quizá el mayor enemigo de Alejandro fue Darío, líder del enorme Imperio Persa, que dominaba Asia.

En Issos, donde ocurrió la primera gran batalla de Alejandro contra el imperio, podemos ver bien dibujadas las dos personalidades de ambos líderes. Mientras Darío se coloca detrás de sus tropas (al menos unos 100,000 hombres, según los registros de la época) para dirigir la batalla, Alejandro la encabeza arrastrando con su euforia a un ejército considerablemente menor (apenas poco más de 30,000 combatientes).

Con estrategia, sagacidad y un poco de suerte, el ejército macedonio rompe el centro de las tropas persas y se enfila hacia la retaguardia, donde se encuentra Darío. El jefe griego, encabezando la punta, embiste con potencia directamente hacia el jefe persa. Cuando éste se da cuenta de que corre peligro, huye para ponerse a salvo y abandona a sus tropas, las cuales, desconcertadas, inician también la huida.

Las organizaciones seguimos siendo las mismas

Aunque no se trate de vencer a un enemigo con flechas, lanzas y escudos, los seres humanos de hoy nos agrupamos en organizaciones donde se comparten ideales, valores y metodologías. Sabemos que nuestro bienestar —y el de nuestras familias— depende en mucho del éxito de la organización. Por ella, somos capaces de luchar encarnizadamente.

Y cuando los líderes llaman a la acción, los colaboradores esperan la congruencia de sus líderes. Que sus palabras vayan acompañadas de sus actos.

Por ello, es fundamental que:

  • Si se llama a la acción, todos actuamos
  • Si se solicita hacer un sacrificio financiero, todos nos sacrificamos
  • Si se requiere ampliar horarios durante una temporada, todos los ampliamos
  • Si se convoca a capacitación, todos nos capacitamos
  • Si se llama a la honestidad, todos somos honestos
  • Si se busca rendición de cuentas, todos las rendimos
  • Si se exhorta a la transparencia, todos somos transparentes
  • Si se motiva a hablar con la verdad y expresar con honestidad lo que sentimos, todos lo hacemos
  • Si se llama a celebrar, celebramos todos
  • Si el líder llama a luchar por la supervivencia de la organización, es él mismo quien encabeza la lucha

El resultado será un cuerpo de colaboradores convencidos, enganchados, enrolados. Ninguna crisis doblegará a una organización así.

Si quieres conocer más sobre liderazgo y del Modelo® Great Place to Work®, te invitamos a conocernos en greatplacetowork.com.mx.

 

 

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