¿Se puede marcar la diferencia en el bienestar emocional de tu equipo?
La respuesta es sí. En una organización certificada como Great Place to Work®, lo han logrado a través de un pódcast interno centrado en la salud mental. Se trata de un espacio seguro donde líderes y especialistas comparten experiencias reales, aprendizajes y consejos útiles.
Lo más valioso es que los temas no se imponen: los colaboradores votan a través de encuestas qué desean escuchar. Esto ha generado conversaciones honestas, fortalecido la empatía y consolidado un canal de confianza.
¿Qué dice de una organización que crea estos espacios? Que ha entendido algo clave: cuando se cuida la salud mental, todo mejora: la comunicación, el compromiso y los resultados. Ahí comienza una verdadera cultura de bienestar emocional en el trabajo.
¿Qué es el bienestar emocional en el trabajo?
El bienestar emocional en el trabajo es el equilibrio psicológico que permite a una persona afrontar el día a día sintiéndose motivada, satisfecha y tranquila. No se trata de estar feliz todo el tiempo, sino de contar con un entorno laboral saludable para gestionar el estrés y mantener relaciones laborales positivas.
¿Por qué es importante el bienestar emocional en el trabajo?
La salud mental influye directamente en la productividad, el clima laboral y el compromiso del equipo. Según la OMS, cada año se pierden 12 mil millones de días laborales por trastornos como la depresión y la ansiedad, lo que representa una pérdida cercana a un billón de dólares.
En Great Place to Work®, por más de treinta años hemos estudiado la experiencia laboral escuchando las voces más importantes: las de los colaboradores. Sabemos que el bienestar emocional es una parte fundamental para construir un entorno positivo que impulse tanto el éxito personal como el organizacional.
Y los datos lo confirman: en México, el 76% de los colaboradores en Los Mejores Lugares para Trabajar™ percibe su entorno como psicológica y emocionalmente saludable, frente al 59% en organizaciones no calificadas. Esta diferencia refleja el impacto real de una cultura que prioriza el bienestar emocional.
Existe una conexión directa entre el bienestar emocional, la confianza y los resultados. Michael C. Bush, CEO global de Great Place to Work®, afirma: “Descubrimos que la seguridad psicológica es el principal impulsor de las ganancias”, siendo uno de los factores más fuertemente ligados a la rentabilidad de las organizaciones.

Bienestar emocional y liderazgo: una relación basada en el respeto
En el modelo de confianza de Great Place to Work®, la dimensión de Respeto evalúa si los líderes reconocen, apoyan y valoran a sus colaboradores, no solo como empleados, sino como personas. Cuidar el bienestar emocional es una de las formas más poderosas de demostrar ese respeto en la práctica.
Una de las afirmaciones clave del Trust Index® es:
“Este es un lugar psicológica y emocionalmente seguro para trabajar.”
Cuando un colaborador puede afirmarlo, significa que su entorno laboral es empático, confiable y humano.
Y los datos lo confirman: el 93% de quienes confían plenamente en sus líderes reporta un alto nivel de bienestar emocional, mientras que entre quienes no confían en su liderazgo, solo el 33% percibe bienestar. La diferencia es abismal.

Además, el 95% de los colaboradores que sienten que tienen oportunidades reales de desarrollo profesional también reporta altos niveles de bienestar emocional, frente al 54% donde esas oportunidades no existen

Esto refuerza la idea de que un liderazgo cercano, justo y comprometido no solo impulsa resultados, también construye bienestar.
5 señales de que tu equipo necesita apoyo emocional


Cansancio constante y expresiones de agotamiento: frases como “ya no puedo” no deben tomarse a la ligera. Suelen ser señales de agotamiento físico y mental acumulado.

Pérdida de motivación: desinterés por las tareas, apatía o nula iniciativa.

Ausencias recurrentes: pueden ser reflejo de estrés crónico o desgaste emocional.

Cambios de humor y conflictos frecuentes: Aumentan los episodios de irritabilidad o tensión, incluso ante situaciones menores.

Disminución en la calidad del trabajo: Se vuelven más comunes los errores, olvidos o entregas incompletas, incluso en personas normalmente comprometidas.