Dafne Navarro M. / Knowledge Management / Great Place to Work® México
Cambio y liderazgo son dos términos inseparables. En los últimos años estas dos palabras se han encontrado asociadas con fuerza en prácticamente todos los entornos, políticos, sociales, económicos e incluso en las redes sociales; pero es en el universo de los negocios y de las organizaciones donde se ha incrementado la necesidad de contar con líderes dispuestos a hacer del cambio una parte de sí mismos.
Conceder un tiempo para realizar un cambio en las organizaciones es algo improbable. Si hace 30 años podíamos iniciar un plan de transformación para un proceso, en la época actual ya no contamos con tiempo para introducir el cambio en la organización. El cambio llega y debemos atenderlo, es todo.
Los líderes han desarrollado ciertas habilidades para gestionar el cambio: tomar decisiones, responder a los clientes, mejorar lo que se hacía o como se hacía, retroalimentar a sus equipos, manejar las crisis, gestionar expectativas, motivar, corregir o premiar; estas son sólo algunas habilidades que hoy ya han hecho simbiosis con la identidad del líder.
Sin embargo actualmente estas habilidades básicas pueden llegar a ser insuficientes ante la vertiginosidad del cambio.
Al igual que nuestros dispositivos móviles, es tiempo de que los líderes realicen un “update” en la aplicación “Máximo impulsor del cambio”. Esta actualización incluye nuevas funcionalidades que permitirán afrontar con efectividad las demandas internas y externas de la organización.
Nueve funcionalidades del líder impulsor del cambio
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Hábito de no poseer el control absoluto de la situación.
Mantener control del día a día consiste en enfocarse en recopilar las cosas como van llegando, para después tomar decisiones, darles orden y lanzarlas a la ejecución.
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Aceptación de la complejidad y ambigüedad del entorno.
Quieras o no, vives en un entorno VUCA (volatility, uncertainty, complexity, ambiguity), así que, siguiendo el principio de Darwin, será mejor que seas la especie que mejor se adapta y no necesariamente la especie más fuerte.
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Atención a lo relevante en un mundo de infinita información.
Estar en lo que estás: si te enfocas te enfocas, si te desconectas te desconectas. Aprender a gestionar la atención de manera proactiva cuando queremos analizar algo —para entenderlo mejor o cuando vamos a tomar una decisión sobre ello— beneficia a los resultados.
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Dedicación a la innovación.
La creatividad es la cualidad de liderazgo más importante para los próximos años, pues se requiere de una visión con innovación creativa. Este es el momento de las next practices: hacer las cosas como nadie las ha hecho antes, con nuevas perspectivas y lógicas.
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Pensamiento holístico.
Una organización es una entidad viva; su dinámica se concentra en los procesos y la operatividad. El líder comprende cómo encaja cada una de las partes entre sí, el impacto de una adecuada adaptación cultural y las modificaciones en su estructura.
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Mantener relaciones de colaboración.
Acciones colaborativas que ayuden a la figura del líder a unificar la comprensión de los problemas y potenciar la confianza con su equipo para alcanzar el resultado esperado.
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Refuerzo de la cultura organizacional.
Mantener alineados a los colaboradores con los fundamentos de la cultura y reconocer el impacto de su trabajo en el logro de los resultados, es determinante para mantener un equipo fortalecido ante los desafíos.
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Construir relaciones de Alta Confianza.
Equilibrar el poder y la influencia hacia los colaboradores partiendo de una forma de relación cercana, con un sentido de familia; ello llevará a que las personas den lo mejor de sí mismas para alcanzar las metas del negocio.
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Orientación al cliente.
Interpretar las necesidades y expectativas de los clientes a través de diferentes acciones; por ejemplo, sistema de feedback, redes sociales o puntos de contacto; esto facilitará el desarrollo de soluciones eficaces para alcanzar su satisfacción.
La realidad es que las organizaciones están continuamente expuestas al cambio. Aunque aún no existe una aplicación tecnológica que libere a los líderes de la tarea de gestionarlo, sí es posible desarrollar nuevas habilidades para posicionarse como un líder “Máximo Impulsor del Cambio”.
Los líderes son el punto de ignición que posibilitará el encendido del motor del cambio en sus equipos de trabajo, impulsando la flexibilidad y adaptabilidad hacia los cambios, no sólo para sortearlos, sino aprovechándolos para seguir construyendo Mejores Lugares para Trabajar para Todos.